martes, 10 de abril de 2007

Entre cocos y tarantulas


La isla mide unos (calculo) 700 metros de largo y unos 500 metros de largo, aunque es dificil de decir ya que tiene una forma bastante irregular. Teniamos entre uno y dos kilometros de playa en funcion de las mareas, que solian ser bajas hasta las 9,30 de la manana y a partir de las 6,30 de la tarde.

Es una isla muy curiosa ya que la mitad de ella esta ocupada por una montanya altisima que por un lado llega hasta el mar, por el otro parece haber sido cortada a cuchillo elevandose descomunalmente sobre la otra mitad de la isla, plana como una tabla de planchar y totalmente cubierta por altisimas palmeras repletas de cocos, tantos, que era dificil que pasara una hora seguida sin que oyeras uno de ellos caer pesadamente sobre la maleza. Y poca broma con los cocos! Siempre era buena idea mirar hacia arriba por si acaso.

Habia mucha vegetacion por todas partes, solo atravesada por un pequenyo camino de norte a sur por donde pasaba de vez en cuando un tractor destartalado, el unico vehiculo en toda la isla. Escondidos y casi tocando de espaldas el inmenso desfiladero del que antes os hablaba estaban los bungalows. No eran tan pocos como pensabamos (habia unos treinta) ni tan hechos polvos como nuestra ultima choza agujereada... por lo menos esa fue nuestra primera impresion al entrar. Las paredes eran de hoja de cocotero pero al estar pintadas de blanco tenian muy buen aspecto. Dos camas minusculas, una mesita y un viejo ventilador colgando del techo. Si os teletransportaran aqui de repente os habria parecido una caca pero a nosotros (despues de visto lo visto) nos encanto... al principio... luego vereis...

Por las manyanas aquello era de todo menos una isla desierta. Sobre las 10,30 empezabamos a oir los motores de los barquitos yendo y viniendo. Tampoco es que hubiera muchisima gente en ningun momento! Pero gente habia. Y el tema es que nos volvimos terriblemente posesivos con "nuestra isla" (ya se que sonara estupido pero asi la llamamos!). Asi que esas horas de la manana las dedicabamos sobre todo a leer y a hacer snorkeling (estoy enganchado a esto ultimo). La playa, por las mareas, estaba en su mejor momento. Con un sol increiblemente brillante, la arena blanquisima y el mar transparente como una piscina y de color turquesa. Bajo el agua peces de colores y de diferentes tamanos nadaban junto a ti todo el tiempo. Era todo tan bonito!


Lo mejor de las mananas eran las visitas de una pareja de Alaska que habiamos conocido unos dias antes en otra playa. Lo dejaron todo hace 10 anyos y desde entonces viven en un barquito de vela y recorren el mundo. La primera manana nos llevaron en su lancha hasta dos pequenyas islas conectadas por un hilo de arena que en el centro no mediria mas de un metro. Parecia que caminaras sobre el agua! Despues nos llevaron a su barquito de vela (11 metros hermanita) y nos invitaron a un trozo de queso de Nueva Zelanda con galletas... todo un acontecimiento para nosotros que hace tres meses que no comemos un trozo de queso.
Por la tarde sobre las cuatro todo el mundo se iba y nos quedabamos... solos. SOLITOS!!!!!!!!! La primera noche compartimos isla con unos abueletes alemanes. Otras 18 horas la compartimos con un grupo de suecos. Por lo demas pasamos cuatros tardes maravillosas con toda una isla paradisiaca solo para nosotros. Os lo podeis imaginar? Fue todo un suenyo hecho realidad y no encuentro las palabras para describir lo que se siente. Nuestro unico entretenimiento era bucear, pasear, leer... y pellizcarnos. Todavia no podemos creer la suerte que hemos tenido. Y es que la isla ni sale en los libros de viaje... ni en los mapas a menos que sean detallados. Que bonitas fueron nuestras tardes.
Como teniamos hambre (luego os cuento) otra diversion de las tardes era buscar cocos, abrirlos y comerlos... como cuesta abrir los jodidos cocos!!! Para llegar a la cascara dura de color marron hay que sudar la gota gorda... pero Juanjo, Jordi, Mireia, Montse, Kayy Mari que sepais que aquella navajita que me regalasteis casi nos salvo de morir de hambre!!!
Cuando se acercaba el anochecer cambiabamos de playa. Y a las 6,42 pasaba algo extranyisimo. Como si de un reloj se tratara todos los insectos se ponian a chirriar de forma frenetica, decenas de cangrejitos salian de la arena y se metian en el agua, y el cielo se llenaba de murcielagos inmensos volando en direccion al continente. Y todo exactamente al mismo tiempo, a las 6,42.
Lo de los murcielagos era un acojone. Para tranquilidad nuestra el colega de Alaska nos dijo que se alimentan de fruta y no "de personas"... y mejor asi porque creo que se trata de los murcielagos mas grandes del mundo, con una longitud de punta a punta de hasta 1,5 metros...
Antes os he dicho que estabamos solos... y lo estabamos pero claro, a medias porque alguien tenia que encargarse de los bungalows y del restaurante. Habia en total 20 tailandeses pero casi nunca se movian mas alla de sus propias chozas, asi que casi ni los vimos... y como nos odiaban...
Les caimos mal desde el primer momento. O simplemente eran terriblemente antipaticos con el mundo en general. Cada noche nos buscaban dos o tres por la isla con una linterna, nos preguntaban si ibamos a cenar, deciamos que no y se volvian por donde habian venido.
Antes os he dicho que pasamos algo de hambre... asi que sonara raro que no quisieramos comer. Lo hicimos la primera noche. Casi vomitamos. Y los precios eran simplemente vergonzosos, unos 6 veces mas de lo que habriamos pagado en el continente por algo que era asqueroso de veras. Asi que con un kilo de cacahuetes, 9 paquetes de 6 galletas y los cocos tuvimos que pasar casi 5 dias. Nuestra salvacion fue un longtail que tenia coca colas y bocadillitos y que pasaba un par de horas en la playa. Por la noche todo era contar galletas y sonyar con comida... tortilla, pizza... de todo.
La verdad es que ha sido durillo a ratos. Solo teniamos 6 horas de electricidad al dia. A las 12 la cortaban y sin ventilador no se podia casi dormir. Tenias que ducharte con agua salada... y pasar algo de miedo...
Aracnofobia... llegamos a la casita la primera noche. Eso que me tumbo en la cama y Jeannie sale blanquita del lavabo. Entro y teniamos una aranyota peluda paseandose toda tranquila. Volvemos a la habitacion y nos salieron cuatro mas. Salimos escopeteados (eran grandes, que conste en acta) y nos encontramos mas fuera. Nada, que ahi no queremos dormir. Buscamos a los encantadores empleados del hotel que vienen a la habitacion. Desde fuera no oimos mas que golpes y dos aranyas salen escopeteadas entre nuestros pies corriendo por sus vidas.
Nos dicen que "ok ok no spiders", just babies"... nosotros le decimos que duerma alli su abuela, si aquellos bicharracos eran solo los babies no queremos conocer a la mama... pero la conoceremos... y pronto...

1 comentario:

kay dijo...

Hola Jose ¡!!!

Aunque no tenga la vena escritora de mis compis, que sepas que no hay día que no lea tus aventurillas. De hecho, lo he tomado como costumbre y se ha convertido en mi morfina.
Las fotos que nos envías son, tremendamente, espectaculares, te puedo asegurar que te ganarías la vida como fotógrafo del National Geografic... desde luego, estoy deseando que vengáis ya para que nos continuéis explicando la experiencia que, en estos momentos, vivís.

Por cierto, qué peazo de araña!!!! No sé como tenéis los santos coj....de dormir por esas tierras.

Bueno, cuidaros mucho y mil besos para los dos.