sábado, 3 de marzo de 2007

Crios gorditos y delgados



Despues de desayunar nos hemos quedado atontados mirando al mar y las barquitas de los pescadores agitadas por las olas. Asi rodeados de palmeritas se nos ha apetecido un coco helado (le pegan machetazo tal y como lo ves en las palmeras, le ponen una pajita y a beber).

A los 5 minutos nos ha llegado un chico del hotel con una inmensa sonrisa y dos coca colas (como siempre nadie nos entiende!). Nos ha dado pena decirle nada y nos las hemos quedado en lugar de los cocos. Y segun empezabamos a hacer broma con el tema de que nadie nos entiende hemos levantado la vista y nos hemos encontrado las tres sonrisas mas grandes del mundo.

Tres ninyos estaban a dos metros de nosotros mirando con ojos de plato las latas de coca cola. Llevaban ropa un poco vieja y rota y unos sombreros muy graciosos. Arrastraban tres grandes bolsas de lona blanca llenas de botellas de plastico. A eso se dedicaban.

Les hemos dado las latas y creo que les hemos invitado a la primera coca cola de su vida. No tenian ni la mas remota idea de como abrirlas. Y lo del gas les ha parecido de lo mas divertido ademas de provocarles hipo a dos de los tres.

Nos hemos hecho amigos enseguida a pesar de no poder decirnos mas que nuestros nombres. Les hemos hecho alguna foto y se han partido de risa viendose despues.

Pero estaban todo el rato muy acurrucados y escondidos detras de nosotros. Hasta que hemos entendido que se escondian del encargado de la seguridad en el hotel. De repente este ha venido a por ellos y los ninyos han salido corriendo. Nos ha sentado fatal porque no hacian mas que jugar con nosotros, pero asi de asqueroso es el mundo.

Desde lejos nos seguian mandando besos y saludandonos. Asi que hemos recogido bartulos y nos hemos ido con ellos a un descampado lleno de palmeras junto al hotel.

La mayor del grupo no paraba de frotarse el estomago con la mano e indicarnos que tenian hambre. Desde el principio del viaje decidimos que no dar dinero a los ninyos ya que simplemente no podemos ayudar a todos ni nos parece lo correcto. Pero si podemos ayudar con comida lo hacemos. Asi que los he dejado pintando con Jeannie y me he ido a una tiendecita al otro lado de la carretera. He comprado 5 kg de platanos, cacahuetes y galletas que hemos compartido (una parte) en el descampado escondiditos (en serio) para que no nos vieran desde el hotel. Ha sido fantastico. Y para terminar se han subido a una barca que estaba al reves sobre la arena y nos han hecho un pequenyo espectaculo.

Por la tarde han desembarcado tres familias vietnamitas adineradas y con un montonazo de crios. El mismo chico de seguridad se ha puesto una gorra, una gran sonrisa y ha ejercido de salvavidas en una piscina llena de crios gorditos y sanotes...

1 comentario:

.melo dijo...

Buenas Jose,

Al final me voy a hacer el mismo trekking que vosotros.

Ya os contare que tal.

Disfrutad por Vietnam que es una pasada.

Buen viaje.