jueves, 1 de marzo de 2007

La cena

A Jeannie le gusta comprar. Y no hay fuerza humana que pueda pararla. El problema es que se le ha quedado la bolsa pequenya. Asi que ha metido un monton de cosas en dos bolsas de plastico y hemos ido al edificio de correos para enviarlas a casa.

Como ibamos con el tiempo justisimo hemos cogido un taxi. Aunque el conductor no hablaba ni una palabra de ingles y nos ha costado horrores explicarle donde queriamos ir.

El viaje ha durado unos 10 minutos. Cuando ya estabamos cerquita ha parado el coche y se ha estado como minimo 5 minutos de reloj senyalando calles con las manos y hablandonos en vietnamita. Al parecer nos queria decir que la calle estaba cortada y que tendriamos que hacer el resto del camino a pie, pero todavia no estamos seguros.

El hombre hablaba con verdadera pasion pero claro, no entendiamos de papa. Sobre el tercer minuto no me he contenido mas y le he empezado a hablar en espanyol que total para no entendernos igual daba. El me hablaba y yo le contestaba lo que se me ocurria. Yo le hacia preguntas y el me contestaba quien sabe que. Hemos hablado de todo un poco. Al final nos ha quedado una conversacion de lo mas apanyada y el hombre se ha quedado muy satisfecho. H sido divertido.

Correos habia cerrado ya. Hemos caminado buscando un sitio para cenar y nos hemos decidido por un restaurante inmenso al aire libre donde habria unas 300 personas cenando (y entre ellas casi ningun extranjero).

En el menu habia de todo. Desde ranas hasta canguro pasando por ovarios de cerdo a la parrilla. Ademas habia platos muy extranyos. Como ranas y serpientes "vivas". En realidad lo que hacen es cocinar al bicho muy rapido y con la cabeza fuera de la sarten. El animalito llega bien muerto a la mesa pero por razones que se me escapan todavia sigue abriendo y cerrando la boca; como cuando una lagartija pierde la cola y esta sigue moviendose.

Nos hemos decidido por platos mas mundanos. Yo he comido ternera. Jeannie ha pedido pescado y nos han sacado el bicho entero en una bandeja y se ha cocinado en la mesa sobre un hornillo. Ha estado muy bien.

Mas tarde hemos paseado por el mercado central y como Jeannie estaba muy cansada la he acompanyado al hotel y me he venido a escribir otro poquito.

En fin, que ya veis que no tenia mucho que decir pero me apetecia hablar. Espero que esteis todos bien.

1 comentario:

carlos dijo...

Hola Jose,

Muy divertido lo de tu conversación español-vietnamita... Entraba hoy con la idea de ver que es de vuestra vida y hacerte un poco de crónica pero me he dado cuenta de que es lo mismo de siempre y, ahora del todo seguro, no merece la pena que te haga perder el tiempo.

Eso sí, en la sección de "sociedad" hay una sola noticia: ya he entrado en mi casa!

Madre mía que de mierda... En el lavabo tuve que levantar la tapa de la taza con el pie, del asco que daba y mira que tengo pocas manías (recuerda el vómito de Antonio en mi Ford Fiesta, que en paz descanse, y otras tantas lindezas).

Pero, por si fuese poco, se me ocurrió pasar el dedo por los azulejos para ver si estaban sucios o envejecidos y se produjo en momento de anuncio: la zona por la que pasaba el dedo (que tuve que meter en lejía durante dos horas) brillaba y el resto se mantenía de un color verdoso-grisáceo (son azules). La cocina, si es que se puede considerar como tal, ni te haces una idea (dejando de lado que es tan grande como una cabina telefónica).

Mira que he pensado veces al ver los anuncios de limpiadores que nadie puede ser tan guarro. Pues sí y más.

Lo cuento más divertido por este nuevo momento de superación del ser humano que preocupado. Al fin y al cabo, todo va a ir al suelo. Pero que guarro!!!

Y para acabar, quise hacer unas fotos de cada “zona” pero es tan pequeño que no tenía margen para enfocar nada más que una puerta, un trozo de pared o una ventana… Mejor vienes un día y te haces una idea (pero sólo una, que no hay para más).

Bueno, te dejo.

Un abrazo para los dos.